Una obra de Juan Flores, distribuída por lugares emblemáticos de nuestra ciudad para hacer visible lo invisible
Marina Rico
Ayer 24 de junio tuvo lugar en nuestra ciudad un evento especialmente emotivo. Mientras los partidos políticos cerraban sus campañas entre actos festivos y discursos triunfalistas, alguien se esforzaba en hacer visible lo invisibles. Las mujeres.
Y es que parece mentira que cuatro partidos, cuatro candidatos, cuatro propuestas, no incluyan ni una sola mujer en sus cabezas. Por eso, el colectivo Mujeres Y Punto puso en marcha una iniciativa para hacernos visibles. Y se puso en contacto con el escultor Juan Flores quien en un nanosegundo –o menos- se unió a su inicativa.
Las cabezas de 100 mujeres esculpidas por Juan Flores representan las mujeres que no han tenido espacio en los puestos de poder ni en la política. Y van con ellas, repartiéndolas por lugares emblemáticos de nuestra ciudad para hacer visible lo invisible. Colocándoles en cada momento una venda morada tejida por ellas mismas, símbolo de su actividad y de su reivindicación.
Un mes y 20 días le llevó a Juan Flores esculpir las cabezas. Y acompaña a todas estas mujeres de palabra y de obra, como ayer mismo, poniendo el acento en algo en lo que apenas se pone en los medios de comunicación.
El colectivo Mujeres y Punto se unió con la excusa de tejer juntas, y ello les sirve de excusa para llevar a cabo actos solidarios y reinvindicativos. Desde el puramente estético hasta acciones para concienciar sobre el Alzheimer o de marcado corte feminista, como la iniciativa “No soy un huevo frito”, su espíritu luchador, alegre y combativo se contagia.
Un acto importante, emotivo y reivndicattivo que debería tener mucha más repercusión. Y que no es sino uno de tantos de los que llevan a cabo. No hay más que visitar su página o su Facebook para verlo. Y lo que es mejor, para sentirlo. No las perdamos de vista.
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